Info

Vivienda unifamiliar en el límite entre el Parque de la Dehesa de la Villa y el barrio Bellas Vistas del distrito de Tetuán de Madrid. El proyecto surge de la necesidad de albergar un programa de vivienda completo y otro vinculado a la actividad profesional. Se proyecta un volumen limpio que aprovecha el fuerte desnivel de las dos calles que limitan la parcela, generando dos accesos diferenciados, abriéndose tanto a las vistas hacia el parque y la Sierra Norte de Madrid como a las despejadas vistas al horizonte de la ciudad en su extremo opuesto.

El programa se resuelve eficazmente mediante tres pantallas estructurales paralelas que forman una primera banda infraestructural que agrupa todos los núcleos de comunicación e instalaciones y otra banda estancial límpia de 7 m libres de crujía a la que sirve. El esquema de vivienda se completa adaptando su espacio interior al fuerte desnivel existente entre las dos calles a las que vuelca la parcela, mediante un sistema de losas contrapeadas articuladas a través de un gran espacio central iluminado y ventilado que comunica visualmente las distintas estancias que forman el programa de día, generando espacios limpios, ordenados y de escala monumental.

La casa se climatiza mediante sistemas radiantes vinculados a un sistema de geotermia que permite en intercambio pasivo con el terreno. Aparte de los suelos radiantes, las losas vistas activadas por el terreno se comportan como grandes superficies radiantes, que a su vez ayudan a disipar el calor en verano. La organización de la materia y de los espacios intenta priorizar un óptimo comportamiento pasivo de la casa, empezando por el espacio central ventilado que garantiza una estabilidad térmica intermedia, reduciendo la demanda de los espacios a los que vuelca.

El sistema estructural de pantallas de hormigón y la doble hoja cerámica de las fachadas ventiladas con 12 cm de aislamiento garantizan una muy buena relación entre el aislamiento y la inercia térmica interior. Las necesarias protecciones solares de madera constituyen un elemento más dinámico. Todo ello garantiza un comportamiento térmico muy estable a lo largo del año con el mínimo consumo.

La materialidad de la cerámica, las diferentes texturas de la fábrica, el grueso de los muros, la capacidad de auto-regular la humedad y su inercia térmica son experiencias que acompañan a cada tipo de espacio. El espacio es la estructura y la estructura configura el espacio.

Se consigue así una nueva expresividad doméstica a partir de los distintos ritmos y texturas que surgen de las solicitaciones estructurales y el empleo de distintos aparejos en la fábrica cerámica y la calidez de la luz filtrada sobre la madera natural.