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Este proyecto resultó ganador del Concurso Internacional de Ideas convocado en dentro del Distrito Avanzado de Toledo, diseñado por Jean Nouvel.

El proyecto diseña una estructura urbana flexible basada en un entramado de barras de uso residencial de una crujía de 7,5 m de ancho, que forma una serie de patios de 30 x 30 m conectados en ambas direcciones mediante una gran planta baja porticada y una serie de huecos de fachada, «patios en altura», generados como vacíos mediante la disposición alternativa de viviendas cada dos plantas. El edificio se concibe así tridimensionalmente como un sistema abierto, cuya propia naturaleza acepta el paso del tiempo para crear una estructura artificial-natural que se adapta al terreno a la vez que lo acondiciona y coloniza, integrando elementos bioclimáticos, paisajísticos y arquitectónicos, como si de un entramado de estacas de un viñedo apoyadas en el terreno natural existente se tratara.

Mediante un buen uso del diseño pasivo, el proyecto aprovecha las virtudes de los materiales y la forma del edificio, mediante un estudiado uso de su orientación y aprovechando su inercia térmica.  La planta baja íntegramente ajardinada queda totalmente libre de edificación, apoyándose únicamente en suelo inalterado los huecos de comunicación vertical que dan acceso a los portales interiores, para evitar movimientos de tierra innecesarios. El espacio verde de uso común que se genera crea a su vez un microclima mediante el uso de la refrigeración evaporativa, un uso racional del ajardinamiento (utilizando especies autóctonas de bajo mantenimiento), y su adecuado desarrollo (diferenciando plantaciones en zonas de sol y sombra).

Para aprovechar los vientos dominantes, se forman «patios» en altura para las viviendas. Estos son lugares de encuentro para los vecinos, además de actuar como espacios verdes intermedios semiprivados (que pueden utilizarse como pequeños huertos urbanos) y permiten unas magníficas condiciones de ventilación y exposición solar en cada vivienda. Se proyectan cubiertas verdes ecológicas con especies autóctonas que proporcionan un excelente comportamiento acústico y  térmico y la posibilidad de almacenar agua de lluvia para regar el jardín. Se instalan sistemas de cogeneración de energía para reducir costes y contaminación. 

Las 325 viviendas son pasantes, con ventilación cruzada y doble fachada en crujía de 7,5 m de ancho.  El espacio de la vivienda se concibe de forma flexible, totalmente libre de pilares interiores y patinillos de instalaciones generales, llevándose la estructura e instalaciones a fachada con anchos de crujía de 7,5 m. La distribución interior se realiza con materiales «en seco», además de particiones con elementos móviles, que permiten adaptar fácilmente los espacios sin necesidad de obras.

De esta manera, el proyecto apuesta por una arquitectura que toma sus referencias de un lugar a medio camino entre la ciudad y el campo, que se nutre de la experiencia preexistente, utilizando elementos y recursos locales y reinterpretándolos con rigor y vocación innovadora para incorporarlos como herramientas de diseño de vanguardia para el Toledo del siglo XXI.